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Sara Fernández, residente de proximidad

Sara Fernández está haciendo su formación sanitaria en el CHV como especialista de Cirugía General y del Aparato Digestivo desde el año 2018. Hacer la residencia en Vic le permite compaginar este periodo formativo clave para un médico con su proyecto de vida en Ripoll, a poco más de 30 kilómetros.

Cuando tuvo que elegir su plaza en la asignación MIR de hace dos años, la doctora Sara Fernández tenía claro que quería ser cirujana y que el Consorcio Hospitalario de Vic era una de las opciones a tener en cuenta: "Desde que empecé la carrera de Medicina siempre me habían gustado más las especialidades quirúrgicas que las médicas y a la hora de elegir centro escogí el CHV porque me llegaron buenas recomendaciones y por proximidad". Por eso cuando llegó el momento clave y vio la plaza disponible, no dudó a la hora de elegirla.

Para conocer cómo era la residencia en el CHV, Fernández pidió consejo a la que entonces era la residente de primer año de Cirugía General y del Aparato Digestivo. "Me comentó que le gustaba el Hospital Universitario de Vic porque era un hospital con unas dimensiones ideales para aprender y para estar cerca del paciente, había un trato muy personal con el resto de profesionales y desde el Servicio se incentivaba la investigación", afirma la residente.

Fernández es de Ripoll, pero hacía tiempo que no vivía allí, así que la residencia fue la excusa perfecta para volver a casa después de vivir en Barcelona, ​​en el extranjero y en Girona. La proximidad le permite ir y volver cada día y conciliar su vida personal en Ripoll con la laboral en Vic. Asimismo, también valora positivamente la relación que se genera cuando los futuros especialistas llegan desde otros lugares: "Muchos residentes que vienen a Vic se quedan a vivir aquí y eso hace que se cree una vida social mucho más activa que cuando estás por ejemplo en Barcelona, ​​donde la gran mayoría de residentes ya vienen de allí".

Con dos años de experiencia en el CHV, Fernández ya sabe cómo funciona el modelo formativo. "El inicio es complicado porque te supone adaptarte a un ritmo de vida intenso, pasas muchas horas en el Hospital y como especialista quirúrgica no siempre puedes controlar a qué hora termina tu jornada", reconoce la residente. Lo cierto, sin embargo, es que las dimensiones del Hospital Universitario de Vic le van a favor porque "el hecho de que haya pocos residentes hace que todos podamos intervenir y conozcamos todos los pacientes y su evolución".

En cuanto a Vic, la residente destaca que "es una ciudad con una medida perfecta, con prácticamente todos los servicios que puedes necesitar, que ofrece bastante ocio, comercio y actividades deportivas y culturales, y además está muy bien comunicada".

Cuando comenzó la residencia, Sara Fernández dijo que esperaba convertirse en un buen cirujana y disfrutar de esta experiencia. De momento, va por buen camino.